jueves, 7 de noviembre de 2013

La importancia de dar

Este mes de octubre se ha hecho largo y muy duro. Me ha roto unos cuantos esquemas y me ha hecho reflexionar mucho sobre la vida y la muerte, sobre el tiempo que tenemos y a qué lo dedicamos, si lo empleamos bien o mal, si nos preocupamos de lo verdaderamente importante...

Aún no he sacado todas las conclusiones. No son temas fáciles de tratar... Pero lo que sí sé es que, una vez más la vida ha querido que abra los ojos (más aún) para que me de cuenta de que debemos estar agradecidos cada día por poder estar rodeados de quiénes queremos.

Cada día es una nueva oportunidad para volver a luchar por nuestros sueños, para dar lo que queremos dar de nosotros al mundo y a nuestros seres queridos. Cada vez que amanece es otro motivo por el que dar gracias

Y, aunque suene pesimista, es la verdad: nunca sabemos cuál va a ser nuestro último amanecer... Así que hay que aprovechar cada día como si fuera el último, vivirlo cómo si se nos acabara el tiempo (que en realidad eso ya pasa), pero creyéndolo de veras, vivir siendo conscientes de lo que hacemos y en que gastamos nuestro tiempo.

A veces nos cuesta aceptar que no somos nada. Venimos y nos vamos. Un instante mísero y efímero en el enorme eje temporal del universo. Y luchamos por hacer cosas que quizás no van con nosotros con tal de ser recordados... Pero ¿recordados por quién? ¿Por aquellos que un día tampoco estarán? Y al final, tu recuerdo será en vano... Quizás deberíamos aceptar que la vida es eso, "un regalo", corto e intenso... Quizás deberíamos preocuparnos más en tener una vida plena y feliz, aprovechando al máximo el tiempo que tengamos, haciendo lo que nos gusta y rodeados de buenos amigos, de los de verdad, de los que valen la pena y están cuando se les necesita y cuando no... Al fin y al cabo, lo único cierto que tenemos es el AHORA.

Os dejo este vídeo para reflexionar un poco. Se titula "La importancia de dar".




viernes, 4 de octubre de 2013

Un motivo para levantarse... ¿o para quedarse durmiendo?

Estos días estoy muy emocionada. Y es que tengo en mente un proyecto que poco a poco en mis ratos libres va cobrando forma y me ilumina los ojos. No puedo evitar ir por la calle sonriendo, como una niña loca de pies inquietos y moviendo los labios al ritmo de la canción que sale por mis auriculares.

Y eso que no es para tanto, el proyecto. Pero es algo que me hace ilusión, que no sé cómo avanzará realmente pero que tengo ganas de empezar y hacerlo lo mejor que sepa.

Es curioso como esta emoción hace que tenga más energía cada día, que me tome las cosas con más humor y eso que, como ya he dicho, es un proyecto pequeñito, sin demasiada importancia, pero lo que cuenta es que me apasiona.

Pues bien, lo que me ha sorprendido es que hoy, un viernes, día en el que llevas acumulado todo el cansancio de la semana (y además contando que ayer el nivel de estrés fue elevado por una entrega de la universidad) he tenido una energía increíble. Y sólo habiendo dormido seis horas. Vale, ahora alguien me dirá "yo duermo cada día este número de horas" o "yo con menos estoy fresco como una rosa"... Puede. Pero yo no funciono así, o al menos lo desconocía. Seis horas exactas y me he levantado mucho mejor que ayer por ejemplo que, menos cansada, pude dormir unas siete u ocho.

Entonces me he empezado a cuestionar... ¿Qué curioso verdad? Que con menos horas esté más energética... Quitando la calidad del sueño, y que quizás los viernes por ser el día que es (acaba la semana, empieza el finde) estás más animado, he recordado algo que leí hace tiempo y que dejé aparcado (cómo no) para cuando pudiese investigar un poco más: Los ciclos del sueño.

Bien, creo que si digo que dormir es fundamental nadie se opone. Pero ¿cuántas horas? Los expertos siempre han dicho que 8h son las recomendadas... pero resulta que yo me encuentro mejor después de haber dormido o bien 9h o bien 6h... ¿Qué tienen en común ambas? ¡Son múltiplos de hora y media! Porque sí, un ciclo de sueño se completa pasados los 90 minutos. Si dejas que el ciclo de sueño acabe, te levantarás mejor. Por lo tanto, hay que dormir un número de horas múltiplo de 1,5. [Si os interesa el tema podéis leer más aquí]

Y todo esto lo encontré porque navegando por mi querido Pinterest, vi que existía una especie de calculadora que te dice a qué hora es mejor que te vayas a dormir en función de a que hora debes levantarte.

Ahora, eso sí, hayas dormido más o menos, mejor o peor, siempre hay que tener un motivo para levantarse

Nuevo día = Nueva oportunidad :)

domingo, 15 de septiembre de 2013

Yo elijo ser feliz

Ya estoy aquí, de vuelta. Tras pasar un verano estupendo y haber recargado las pilas, ya va siendo hora de que llene esto un poco más. Pero no lo hago obligada, sino que es ahora cuando me ha apetecido escribir aquí.

La verdad es que este verano lo he disfrutado mucho. Quería, como todos los veranos, reflexionar sobre el curso. Me gusta valorar qué ha ido bien, qué ha ido mal, qué debo cambiar y qué no. Suelo hacerlo, pues para mí ir al pueblo es como renacer. Es necesario. Descargo tensiones, olvido la ciudad, me dejo llevar y pienso con más perspectiva sobre mis metas y mi rumbo.

Pero allí muchas veces me dejo llevar por ese sitio y por su gente y me olvido de ofuscarme en intentar responder mil preguntas. Y este año no he respondido a ninguna. Francamente no me apetecía demasiado, en parte porque las resolví en julio. 

Me he limitado a vivir el momento. He hecho una elección: ser feliz. Al fin y al cabo, ¿no pertenecen a nosotros nuestros sentimientos? ¿No somos nosotros los que debemos llevar las riendas y elegir qué queremos sentir en cada momento?

Y eso es lo que he hecho. Disfrutar. He hecho lo que me ha apetecido, cuando me ha apetecido, sin privarme. Fuera comer, fuera cocinar, fuera hacer mis queridas manualidades, escribir, fotografiar, dar una vuelta en bici, salir o no salir, ir con gente o quedarme sola. Pero a sabiendas y a gusto. Y creo que por eso ha sido uno de los mejores veranos, porque he sido consciente a cada momento de qué hacía y de que lo que hacía era lo que realmente me apetecía hacer.

Y creo que también por eso me está costando más volver a coger el ritmo, y volver a la "vida normal" (quiero evitar la palabra rutina) porque cuando pruebas la felicidad, la saboreas, es difícil dejarla atrás. Pero... la vida no es blanco o negro, así que espero poder incorporarla a la "vida normal" y dejarme un ratito al día para mí, para mis pasiones y aquéllas cosas que le devuelven la ilusión a uno.


Es TU vida. Es TU elección.

Yo elijo SER FELIZ, ¿qué eliges tú?

La elección es tuya, escoge con sabiduría.

miércoles, 10 de julio de 2013

El día en el que aprendes

Navegando por la red, he encontrado este texto que he creído que valía la pena compartir: 

"El día que empecé a quererme, dejé de necesitar culpables. No tuve más necesidad de lanzar mis miedos a la cara de nadie. No fue preciso justificarme ni reprochar. Descubrí que la vida era inocente y no conspiraba contra mí.

El día que empecé a tenerme en cuenta, de repente no estuve ni encima ni debajo de nadie. Mis principios eran los míos. No necesitaba defenderlos ni imponerlos. Ni siquiera precisaba perpetuarlos en el tiempo, porque podía ir adaptándolos a mi crecimiento vital. Descubrí que no requería aprobar ni ser aprobado.

El día que empecé a considerarme mi propio compañero, no volví a estar solo. Ya no fue necesario mendigar reconocimiento ni sacrificar mi esencia. Me liberé de la necesidad de sentirme arropado y, paradójicamente, encontré más abrazos que nunca. Descubrí que, en realidad, la soledad medía mi propia ausencia.

El día que empecé a decir "no" cuando lo necesitaba y "sí" cuando lo sentía, dejaron de ser importantes los asentimientos o las negaciones. Entendí, a un nivel profundo, que el respeto no era fidelidad inquebrantable. Descubrí que cada entrega incondicional, estaba ocultando múltiples condiciones.

El día que empecé a ser yo, tomé conciencia plena de que no sabía quién era. No fue preciso tener una respuesta elaborada o un plan fijo. No fue necesario, nunca más, poseer certezas plenas. Y desde esa ignorancia patrocinada, comencé a ser un poco más sabio. Descubrí, que cuando me permitía vaciarme, estaba abriendo espacio para poder llenarme de cosas nuevas.

Sé que me quedan muchos nuevos comienzos en muchos días nuevos. Cada uno de esos días, una parte de mí morirá para que otras den a luz."

Luis Bueno

miércoles, 3 de julio de 2013

Problemas y soluciones

Estaba deseando que llegaran mis vacaciones. Mis esperadas y bien merecidas vacaciones. Después de todo un curso, con unas asignaturas duras de roer. Después de tanto esfuerzo y horas de dedicación, uno espera tener esos días en los que poder decir "Hoy puedo hacer lo que me de la gana sin sentirme mal, con la conciencia tranquila, sin nada pendiente". Incluso si sois como yo, os hacéis una lista con todo lo que un día, cuando tengáis tiempo, haréis.

Pues bien, llegó ese maravilloso y ansiado descanso. ¿Y qué pasó? Que con él volvieron todos los problemas que yo me había dedicado a apartar para resolver en otro momento porque entonces debía centrarme en el estudio. Algunos conflictos eran bastante recientes, pero otros en cambio llevaban tiempo esperando a ser resueltos.

Decidí entonces ocuparme de aquello que debería haber hecho hace tanto. Pero necesitaba un lugar tranquilo, un lugar para pensar, donde poder entender cuáles eran los verdaderos problemas y cuáles las verdaderas soluciones. Tengo la suerte de vivir bien cerca de un lugar desde el que se ve toda Barcelona. Y subí allí, libreta en mano para escribirlo todo ("Mi psicoanalista es mi máquina de escribir" E. Hemingway), prometiéndome que no bajaría hasta que hubiera llegado a alguna solución válida. 

Se trata de un lugar desde donde todo se ve con perspectiva, donde el aire que corre ayuda a aclarar las ideas y despejar la mente de lo que no te interesa. Se pueden ver dos partes diferenciadas de Barcelona. Yo las llamo la "parte de mar" y la "parte de montaña". 

Me senté primero en un sitio desde el cual sólo veía la parte de mar, y me puse a escribir todo lo que sentía y cuál creía que era el problema. Analicé cada una de las olas que habían llegado a mi costa, atormentando, yendo y viniendo sin pedir permiso.

Más tarde, el sol ya no me calentaba y decidí cambiar de sitio ya que allí corre el aire, y puedes llegar a pasar algo de frío. Me senté en otro lugar donde sí daba el sol y resultó que desde allí sólo se veía la parte de montaña. Allí empecé a escribir sobre las soluciones, analizando las posibilidades de escalar esa cuesta de problemas y cuáles eran las mejores y qué consecuencias podrían traer cada una.

Una vez encontré lo que creía más conveniente, me sentí mejor, liberada. Y también orgullosa. Orgullosa de haberme enfrentado por fin a esos problemas, y de haberlo hecho de esa manera. Me sentí "la dueña de mi destino, el capitán de mi alma" (como diría William Ernest Henley) y entonces decidí que ya podía regresar.

Aún no siendo del todo consciente, se puede decir que estaba meditando. Meditar no sirve sólo para relajarse, también puede servir para buscar soluciones. Y eso es lo que a mí me interesaba en ese momento, poder cerrar ese círculo de problemas, ponerles un fin con su debida solución.

Por que a veces nos empeñamos en pensar en el problema, y quizás sí está bien darle vueltas para conocer la causa y poder así evitarlo en el futuro. Pero tendemos a pensar demasiado en el problema olvidando que es la solución quién lo hace desaparecer.

La verdad es que no sé qué hubiera pasado si hubiera arrastrado tan sólo un día más todos esos problemas acumulados. De esto saco la lección de que hay cosas que no se pueden aplazar. Me doy cuenta de que quizás he vivido (desperdiciado) unos meses pasando por malas sensaciones cuando podría habérmelo ahorrado ya que el remedio era tan sencillo como pararse a pensar sobre ello y decidirse a encontrar una solución.

He oído a hablar ya a varias personas de los beneficios neurológicos que nos aporta la meditación. Os dejo un vídeo sobre este tema del programa Redes de Eduard Punset:

viernes, 28 de junio de 2013

Vales más de lo que crees

El autoconcepto es la imagen que cada persona tiene de sí misma, de manera descriptiva. Éste es el componente cognitivo de nuestra actitud, es decir, el conjunto de opinioneshipótesis e ideas que un individuo tiene sobre sí mismo (en cuanto a su personalidad, forma de ver la vida, características personales...) independientemente de que sean falsas o verdaderas, objetivas o subjetivas. Estas hipótesis le permiten describirse a sí mismo. Si al pensar en nuestro autoconcepto nos sentimos a gusto, tendemos a ser más optimistas y enérgicos. Si sin embargo no nos sentimos bien con nuestro autoconcepto, es decir con lo que creemos que somos, tendimos a ser más negativos y apáticos.

A la autoestima, por el contrario, le contribuimos un significado valorativo. Es aquello que pensamos y sentimos del conjunto de características que poseemos. La autoestima consiste en las actitudes que el individuo tiene hacia sí mismo. Es un juicio sobre nuestra propia competencia y valía personal. Ésta sería el componente emocional y evaluativo en nuestra actitud. Son aquellos sentimientos favorables o desfavorables que sentimos según sea la valoración sobre nuestras características personales. Dentro de nuestra actitud, es el elemento clave. La percepción de nuestra autoestima dependerá de nuestro concepto del yo ideal y del yo real. 
Por ello, es importante ser conscientes de que entendemos por ese yo ideal o perfecto y ser capaces de ser críticos y de cambiar (si hace falta) esos pequeños detalles que no nos gustan.

Es cierto que cada uno tiene su propio ídolo a quién le gustaría parecerse. Y no todo el mundo aspira a lo mismo. Hay quien se compara con grandes estrellas deportivas, hay quien se compara con grandes empresarios o con estrellas famosas... Todo depende de hacia donde quiera orientar su vida y/o su carrera profesional.
Pero todos tenemos en común ese ideal que nos taladran mediante la televisión, prensa, publicidad en general. Hay que intentar entender que cada uno es como es, con lo bueno y con lo malo, que cada uno tiene unas competencias distintas y de que eso trata la vida. Si todos fuéramos iguales, esto sería muy aburrido y tampoco iríamos a ninguna parte, pues se necesita un poco de todo. En un equipo de trabajo hay uno o varios especialistas de cada tema, porque uno solo difícilmente puede cubrir todos los campos. En el mundo pasa lo mismo, cada persona es especial, única y excepcional y todos tenemos talento en algún campo, sólo hay que saber encontrar cuál es. Sin rendirse ni desanimarse por el camino. Porque TODO VA A SALIR BIEN.
Me gustaría compartir este vídeo que tiene relación también con el conocido como Efecto Pigmalión (es decir, cómo una persona externa con una creencia positiva respecto a nuestra persona puede sacar todo nuestro talento y potencial haciéndonos ver esa opinión).


"La verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes" 
Charles Dickens

sábado, 15 de junio de 2013

Cumpleaños... ¿feliz?

Esto era para publicarlo ayer, pero como tuve un día bastante ajetreado, no pude, así que ahí va:

Cumplir años nos angustia. En realidad, cada día estamos cumpliendo un días más, pero es como si sólo fuéramos conscientes de este avance en el día de nuestro cumpleaños, como si en ese día cumpliésemos de golpe 365 días. Y eso que aquí lo celebramos a partir del día de nacimiento. En otras culturas, se empieza a contar ya desde la gestación, supongo que esta razón hace que el aborto esté aún peor visto.

Según estudios, el riesgo de morir aumenta en un 14% el día de nuestro cumpleaños. Esto es por el aumento de estrés que nos supone este día. Debería ser un día para celebrar que hemos tenido la oportunidad de vivir un año más, de fijarnos en todo lo bueno que seguimos conservando... 

Y sin embargo, el día de nuestro cumpleaños, nos ponemos a pensar demasiado, pero en lo malo (para variar). Es en ese día donde hacemos balance de nuestras vidas. Las velas se acumulan sobre el pastel, los años parece que nos pesen más que cualquier día y son pocos los que realmente se alegran de añadir en la tarta una llama más que soplar.

Hoy, en el día de mi cumpleaños, me gustaría estar rodeada de las personas que realmente admiro de mi vida. Con mi verdadera familia, este año no va a poder ser, pues estamos todos un poco dispersos. Pero no importa, porque sé que en el fondo todos están ahí. 

Porque el día en que alguien importante para ti cumple años, ese día más que nunca tú piensas en esa persona y le dedicas unos minutos, por pocos que sean. Y eso ya es algo. Aunque debería ser cada día así, pues lo importante no es ese único día, lo importante son todos los días. Las cosas no florecen en un día, florecen tras una temporada. Y como siempre digo, las relaciones son como una flor, hay que regarlas cada día.

Pese a todo, he buscado el lado positivo y debo decir tres cosas: estoy feliz de cumplir años porque...

1. "Envejecer no es tan malo si se piensa en la alternativa" Mateo Alemán
2. Aún soy más joven que mañana y que el año que viene
3. Ya soy más sabia que el ayer y que el año pasado

Y ahora, si me disculpáis, debo usar mis pulmones para apagar las velas con una amplia sonrisa :)

miércoles, 5 de junio de 2013

Consejos para la vida

En el blog no podía faltar un vídeo como este. Sé que es muy típico, y que la mayoría ya lo habrá visto alguna vez en su vida, pues lleva mucho tiempo corriendo por la red. Pero volver a verlo de vez en cuando, no va nada mal ya que a veces olvidamos lo importante de la vida: vivirla y vivirla bien.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Aprende a amarte

Nos dedicamos a compararnos, a analizar nuestros rasgos físicos a cada segundo que pasa. Anhelamos lo que las empresas de cosméticos, moda y similares dictan. Nos convertimos en intentos de un mismo patrón a veces antinatural y nada hermoso, pero nos convencemos de que eso es a lo que debemos llegar. A veces somos nosotros mismos nuestro peor enemigo. Aunque no son sólo nuestros pensamientos o actos los que dejan entrever a dónde queremos llegar, qué aspecto deseamos conseguir. También influye la opinión de los demás. Hablando del resto, estamos etiquetándolos y si nos oyen, crerán nuestras ideas. Por ejemplo, un niño que ha crecido y ha vivido toda su infancia con la etiqueta de "patoso" al final acaba creyendo que lo es realmente. Por eso hay que ser cautelosos a la hora de imponer ciertos adjetivos a las personas.

Quiero dejaros este anuncio de Dove, que refleja perfectamente lo que llegamos a taladrar a veces ciertas ideas y opiniones y las consecuencias que ello conlleva. 



"La curva más hermosa de una mujer es su sonrisa" Bob Marley


"Para tener unos labios atrayentes, pronuncia palabras afectuosas. 
Para tener una mirada cariñosa, busca el lado bueno de las personas. 
Para estar delgada, comparte tu comida con el hambriento. 
Para tener el pelo precioso, deja que un niño lo acaricie con sus dedos.
Recuerda, si alguna vez necesitas una mano, la encontrarás al final de tus brazos. 
Cuando envejezcas descubrirás que tienes dos: una para ayudarte a ti misma y otra para ayudar a los demás. La belleza de una mujer aumenta con el paso del tiempo, no radica en la estética. 
La belleza de una mujer es el reflejo de su alma."
Audrey Hepburn

martes, 28 de mayo de 2013

El camino del éxito




TRANSCRIPCIÓN DEL VÍDEO:

"Es posible que lleves tiempo pensando que no sabes qué hacer con tu vida, que no sabes hacia dónde quieres ir, pero que pase lo que pase quieres tener éxito. Vamos a hablar sobre el éxito. Prácticamente todos los días me llegan mensajes de gente que dice: “tengo que elegir carrera y no sé qué hacer. Quiero tener un trabajo de éxito y que me dé dinero, pero no sé qué es lo que tiene más salidas…”. Este es el comienzo del camino hacia el fracaso. ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Qué es lo que te apasiona? Ves gente con trajes y dinero, y con trabajos estresantes y crees que eso es éxito. Eso no es éxito. Lo único que quieres entonces es dinero, y nadie va a poder ayudarte con eso porque, permíteme que te lo diga, todo el mundo quiere dinero, eso no te hace especial. A pesar de todo eso hay gente que tiene objetivos, tiene metas, sueña con cosas… Pero no paran de ponerse excusas. “No sé lo suficiente… Hay mucha crisis… No tengo dinero para arrancar este proyecto… No tengo recursos…”. Esto es todo mentira. El recurso más importante que necesitas para hacer cualquier proyecto está en tu cabeza. 

¿Sabes por qué se paga tanto por la gente con ideas? Porque no se pueden producir en masa. No importa cuánto dinero tenga una persona, ese dinero jamás va a ser capaz de producir las ideas geniales que tu mente puede crear en una habitación que está vacía. Y si lo intentas, y tienes una idea, y sueñas con ella, te van a decir que es imposible. Que seas realista. Incluso igual tú mismo te dices que seas realista, que no se puede hacer. ¿Cuánta gente que ha tenido éxito en su vida ha sido realista? La persona que decidió que iba a poner un barco de metal gigante en el agua y que iba a transportar a gente, no estaba siendo realista. La persona que inventó Internet, un medio de comunicación que conecta de forma invisible a todas las personas del mundo, no estaba siendo realista. ¿Por qué querría alguien ser realista? Si en el momento en que desechas tu idea y abres la puerta a ese “ser realista” estás aceptando y haciendo posible que esa idea de imposibilidad se cumpla. Pero bueno, tampoco te engañes pensando que el éxito es tan solo una idea o solo un sueño. Alguien muy sabio dijo una vez que el éxito es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración, es decir, de esfuerzo. Esto viene a decir, en  otras palabras que el trabajo duro vence al talento cuando el talento no se está esforzando. Existe un defecto generalizado que consiste en no saber diferenciar entre talento y habilidad. El talento es algo con lo que nacemos, la habilidad es algo que se crea con determinación y con horas y horas de dedicación a lo mismo. Y no importa cuánto talento tengas, tu talento te va a fallar como no trabajes en tus habilidades. Hay muchísima gente genial que se acomoda en ese talento y no tiene éxito en un campo, porque eso no es suficiente. Tienes que pararte y pensar: “¿Cuánto deseo esto? ¿Cuánto quiero llegar a esta meta y cuánto estoy dispuesto a dar para cumplir este objetivo?” Porque esto es lo que te vas a tener que recordar constantemente para cumplir este objetivo. 

Piensa que en el camino la competencia va a ser brutal. Mientras estés durmiendo va a haber alguien que esté trabajando para ser el mejor en lo mismo en lo que tú quieres tener éxito. Mientras estés descansando o aireándote va a haber alguien que va a seguir trabajando en lo mismo en lo que tú quieres tener éxito. Y si no estás dispuesto a poner todo ese esfuerzo, quizá simplemente no has sido sincero y esa no es la meta a la que quieres llegar, quizá no es el objetivo al que querías llegar, porque si lo es te aseguro que te vas a esforzar, vas a trabajar todos los días como si es el último día en el que puedes trabajar en eso. Como si no tienes más tiempo y está toda la gente en tu nuca gritándote que es lo que tienes que hacer. Así que deja de culpar a toda la gente que tienes a tu alrededor de tu falta de éxito, deja de pensar que tienes mala suerte, deja de creer que el universo está en contra de que tú consigas algo o de que hay alguien que está dispuesto a hacer lo que sea para que no llegues a conseguirlo, porque sinceramente todas son mentira, y todas son verdad en la medida en que nosotros permitamos que lo sean. Si quieres algo, hazlo. Haz todo lo que esté en tu mano, cada hora, cada día, cada semana para conseguirlo. Dicen que el precio del éxito es altísimo, pero es que la recompensa también. Que si te arriesgas lo puedes perder absolutamente todo, pero también vas a ganar un montón de cosas mucho más importantes que las que vas a perder. Deja de lado la negatividad y deja de ponerte excusas para no salir de tu zona de confort. Deja de decirte que ya lo harás, ayer era tarde. Ya tendrás tiempo después de volver, cuando lo hayas conseguido, y decirles a todos los que te están diciendo que no es posible que ya lo has hecho. 

Así que si me vas a mandar un mensaje preguntándome qué es lo que puedes hacer, decídelo tú. Nadie mejor que tú puede decidir qué es lo que quieres hacer y qué es lo que vas  a hacer. Y sobretodo tened un montón de paciencia, siempre tened paciencia hagáis lo que hagáis.  Las películas con sus pequeñas secuencias de 30 segundos en las que pasan meses y alguien consigue algo han hecho que tengamos esta idea de que las cosas se consiguen en tres días, y que si en tres días no lo has conseguido, lo tienes que dejar porque va mal. Las cosas requieren muchísimo tiempo y muchísimo esfuerzo. Y como no estés dispuesto a hacerlo, no lo vas a conseguir, te vas a quedar en esa mediocridad de pensar que lo podrías haber hecho pero nunca llegaste. Alguien a quien admiro mucho, en una entrevista, dijo que no intentes construir un muro. No te digas a ti mismo: “voy a construir el muro más increíble y más impresionante que se ha construido jamás”. En vez de eso di: “voy a colocar este ladrillo de la forma más perfecta que se puede colocar un ladrillo”. Y haz eso todos los días. Así es como se construye un muro. 

[...] Sólo te hace falta un momento de locura y de decir “lo voy a hacer”, porque en el momento en que tú decidas que vas a hacer algo, es el momento en que se va a hacer realidad."

jueves, 16 de mayo de 2013

Tu caligrafía es una radiografía de tu subconsciente

Ayer tuve el placer de asistir a una conferencia muy interesante y quiero compartir lo que saco de ella (aunque investigaré más sobre el tema). Se trata de un evento organizado por Movement Motivation and Brain que se encargó de traer a la universidad a Quim Valls, grafólogo y creador del método KIMMON (y de quien os recomiendo leer esta Contra de La Vanguardia) y Manuel Ramírez, coach y creador del aprendizaje experiencial del método KIMMON.

El título de la conferencia era "¿Sabías que tu letra muestra y determina tu comportamiento?", así que como ya sabéis que me gustan e interesan mucho todos los temas relacionados con la mente, ya podréis imaginar que disfruté como una enana.

Bien, para empezar, Quim nos presentó sus libros y su método, que pretende mejorar a la persona o sacar sus mejores cualidades a la luz a través de una serie de ejercicios y de rediseñar su caligrafía. A raíz de haber observado los rasgos comunes de la escritura de gente exitosa, se dio cuenta de que todos reflejan una serie de cualidades: Tener un buen autoconcepto, ser proactivo, tener perseverancia, ser optimista, tener una buena autogestión emocional, ser empático, extrovertido, poseer paciencia y ser grato.

¿Cómo se entrena todo esto? Durante nueve meses se van potenciando cada una de las virtudes. Cada cualidad con una serie de técnicas que si os interesa podéis leer aquí.

Pero, os estaréis preguntando, ¿realmente se pueden saber tantas cosas mediante la letra? Pues se ve que sí, científicamente aún no hay estudios serios que lo corroboren pero hay datos estadísticos que afirman que desde luego sus resultados son mucho más que buenos. En un test psicotécnico, uno puede mentir si por lógica cree que le conviene más contestar con una respuesta antes que  con otra pero en la letra o en la firma es difícil mentir, pues es inconsciente. Como él dijo "nuestra caligrafía es una radiografía de nuestro subconsciente"Nuestra letra representa nuestro yo social y nuestra firma nuestro yo íntimo

¿Y por qué? Pues bien, con nuestra manera de escribir dejamos la huella de nuestro estado de ánimo, pensamientos, emociones,... Incluso, parece ser que se pueden llegar a detectar algunas enfermedades.

A través de la escritura a mano (que por cierto tonifica la memoria y reactiva neuronas, por eso escribiendo las cosas se nos quedan mejor) se puede reeducar los ganglios basales que es donde se ubican, entre otros, los hábitos de las personas (también la hiperactividad, así pues reeducando la letra se puede también llegar a controlar ésta). Modificando nuestra manera de escribir, modificamos nuestra personalidad y rasgos y también nuestros hábitos emocionales.

Esto se ha de lograr con el hemisferio derecho, que es el hemisferio de las acciones inconscientes y representan el 90% de las acciones que llevamos a cabo (inconsciente no significa arbitrario, sino que respetan los patrones impuestos y más arraigados de nuestras creencias o reglas interiores). El otro 10% corresponde, evidentemente, al hemisferio izquierdo que es el hemisferio lógico. Para transgredir el orden, es decir, para poder cambiar (reeducar) nuestros hábitos hay que acceder al hemisferio derecho. ¿Cómo? Entrar al subconsciente es difícil, uno de los ejercicios que nos propuso es las llamadas "instrucciones nocturnas" que consisten en repetir una serie de frases enfocadas a mejorar estos hábitos justo en el momento antes de dormirnos, que es cuando (por decirlo de alguna manera) la parte consciente ha bajado la guardia y las neuronas establecen más conexiones (cuando dormimos se reordenan y reorganizan los conocimientos, por eso siempre se dice que antes de ir a un examen hay que dormir porque sino lo que has estudiado no sirve de nada porque no acaba de "colocarse en su sitio").

Resumiendo, la caligrafía y otras técnicas son herramientas muy útiles para rediseñar nuestro subconsciente, y poder así dejar atrás complejos, problemas u otros conflictos interiores que pensamos que están resueltos pero que sólo lo están de manera consciente.

Os dejo un vídeo de Quim explicando un poco todo esto:


lunes, 13 de mayo de 2013

Trabaja en lo que amas y ama tu trabajo

Todavía recuerdo el primer día que pisé una empresa. Era un joven de 18 años, lleno de ilusión y sueños. Ese día me levanté especialmente temprano. Cuando me senté en la mesa de la cocina para tomar el desayuno, mi padre me esperaba para desearme buena suerte y para darme una serie de consejos, los cuales he procurado seguir todos los días.
Fueron 10 consejos;  muy simples, muy claros, algunos de ellos difíciles de ejecutar (sobre todo cuando las cosas no van bien). Estos consejos, me han permitido avanzar y conseguir cada uno de los pequeños retos con los que me he ido encontrando en el transcurso de mi, todavía corta, trayectoria profesional dentro del sector. Los consejos fueron los siguientes:
1. Con ilusión y esfuerzo, se consiguen todos los objetivos que uno se propone.
2. Muchas veces no puedes elegir el trabajo a realizar, pero siempre puedes elegir la actitud con la que lo realizas.
3. Ten confianza en ti mismo para creer y sentir que en cualquier situación, por muy difícil o dura que sea, haces siempre lo correcto.
4. No te pagan por ir a trabajar, te pagan por hacer bien tu trabajo. 
5. No hay cliente pequeño. 
6. Un cliente tarda meses en conseguirse y 5 segundos en perderse. 
7. El día que comiences a sentir que en la empresa va todo bien y que no hay nada que mejorar, será el día que comenzará tu ruina profesional. 
8. Lo difícil se hace, lo imposible se intenta. 
9. Ten dos oídos y una boca, de esta forma siempre escucharas el doble de lo que hables. Serás libre de tus silencios y esclavo de tus palabras.
10. Intenta aprender todos los días de las personas que te  rodean, todo el mundo tiene cosas que enseñar.
No quiso terminar el desayuno sin transmitirme un último mensaje, pero no por ello menos importante: “Se feliz en donde trabajes. Vas a pasar como mínimo un tercio de tu vida. Aprende a amar tu trabajo, se un apasionado de él, transmite esa pasión y tu esfuerzo se verá recompensado de muchas formas.“. 
Este último mensaje tardé algún tiempo en entenderlo. Ahora sé exactamente a qué tipo de recompensa se refería mi padre.
Después de algunos años trabajando, me considero un privilegiado por tener un trabajo que me encanta y me motiva, trabajar con un equipo de grandes profesionales y mejores personas de los que aprendo cada día, un trabajo que con el transcurso de los años, me ha permitido conocer personas y tener amigos por todo el mundo; viajar a lugares que jamás pensé que tendría la ocasión de conocer y desarrollar una actividad en la que no he conseguido aburrirme ni un solo día, en todos estos años porque me permite seguir superando retos que nos plantean los mercados globales, los clientes o los avances tecnológicos.
Con esta historia, no he pretendido transmitir el mensaje que la vida profesional es un mundo perfecto, porque no lo es. Una de las cosas que he aprendido en todos estos años, es que el mundo laboral perfecto o imperfecto se lo construye uno mismo: con humildad para aprender lo que no se conoce, con esfuerzo para superarte todos los días y con gran dosis de compañerismo para anteponer el éxito del grupo a los logros personales.
(Autor desconocido)

sábado, 11 de mayo de 2013

El poder de una sonrisa

Cada uno de nosotros tiene su manera particular de buscar o bien practicar la felicidad. La mía se basa en cuatro claves o pautas que intento cumplir o al menos haber dedicado a ello una parte de mi día:

- Cuida tu aspecto, tu cuerpo, sin caer en lo superficial, pues en él se reflejan más cosas de las que crees. Si tú no te sientes bien contigo mismo, no te sentirás bien con los demás. Aprende a aceptarte tal y como eres.

- Cuida tus pensamientos. Resuelve tus conflictos interiores y reflexiona. Aprende de tus errores. Caer en la rutina es una de las peores cosas que nos puede suceder, pues el hecho no ser conscientes de por qué hacemos las cosas de una determinada manera es todo lo contrario a vivir, ya que nos hace olvidar que lo único que tenemos es el presente.

- Cuida tus pasiones. Dedícales un tiempo cada día. De nada sirve intentar rendir en nuestras obligaciones, olvidándonos de aquello que nos da motivos y fuerzas para seguir, lo que nos ayuda a despejarnos e incluso a veces a encontrar la inspiración y la creatividad.

- Sonríe. El cerebro está programado para sobrevivir, para fijarse en lo amenazante, por eso puede acabar obsesionado con las situaciones tristes sin ser capaz de percibir el resto de cosas buenas. Por eso es muy importante entrenar al cerebro para que cambie su perspectiva y ayudarle a fijarse más en las cosas buenas (por eso en el diario va bien incluir tres cosas buenas o por las que estar agradecido). Existe "la regla de los noventa segundos" que consiste en ser nosotros, de manera consciente, los que decidamos nuestro humor. Estudios científicos han comprobado que el cuerpo tarda en torno a unos noventa segundos en procesar las hormonas del estrés, pero podemos intentar "engañar" o confundir al cerebro para que no acabe de manifestar ese sentimiento. Se trata, por ejemplo, de aplicar estrategias como las que explicaba el Dr. Mario Alonso Puig en el programa El Hormiguero:

 



En la misma línea encontramos la campaña publicitaria de Danone "¿Empezamos con una sonrisa?":

sábado, 4 de mayo de 2013

Aquí y ahora

Una vez aprendido que lo importante es el AQUÍ y el AHORA, hay que intentar aplicarlo. Hoy en día, es más fácil que nunca perderse lo que está pasando ahora, en este instante, pues nos perdemos en las tecnologías y dejamos de prestar atención a lo que sucede en nuestro alrededor.

Vuelve a conectar


Reflexionando sobre este tema, me di cuenta que antes, los de mi generación vivíamos en el presente gracias a Fotolog (para los que no sepan qué es, podríamos considerarlo como una especie de diario en Intenet donde cada día se podía subir una foto y un texto). Cada 24h lo actualizábamos con lo que habíamos hecho durante ese día, le dedicábamos unos minutos e incluso a mí me gustaba reflexionar y poner trozos de algún libro o textos míos. Era mi momento.

La época en la que empecé a sentir que algo fallaba coincide con varios cambios en mi vida, uno de ellos es precisamente que dejé de lado mi Fotolog. Así que he decidido retomar esa costumbre, porque creo que me ayudará a vivir con más calidad: cada día escribiré en un diario (no necesariamente en Internet) con las cosas más importantes que haya hecho o me hayan pasado durante el día y también una cosa más: tres cosas por las que estar agradecido.

Estos dos ejercicios pretenden: el primero, ser conscientes de que hoy es el único día que tenemos con seguridad para cambiar o hacer las cosas que queramos; el segundo, para ayudar a nuestro cerebro a centrar su atención en las cosas positivas de la vida, ya que el cerebro humano, al igual que el de los animales, está programado para pensar en negativo como prevención a posibles peligros, es decir, para sobrevivir.

viernes, 3 de mayo de 2013

El guerrero pacífico

Este blog es una de las mejores herramientas para conocerme a mí misma pero también para llegar al objetivo que a partir de ahora me planteo: mejorar la calidad de vida

¿Vivimos todo lo bien que podemos? ¿Somos nosotros los que decidimos cómo nos queremos sentir en cada momento? ¿O son por contra, las situaciones en las que nos vemos envueltos o las cosas que nos pasan día a día las que deciden el curso de nuestra vida?

Si son las circunstancias las que deciden el camino que debemos seguir, ¿es triste, no crees? Bien, para empezar a cambiar de rumbo y poder coger nosotros mismos el timón de este barco llamado "MI VIDA" primero debemos ser conscientes de que el barco se dejaba llevar por las olas o situaciones que nos íbamos encontrando (el primer paso para corregir un error es darse cuenta de que existe tal), y segundo paso e igual de importante que el anterior: querer tomar el mando, querer convertirse en capitanes de nuestro destino.

Para iniciarme en este mundillo he leído algunos libros como el que ya recomendé en posts anteriores ("Una mochila para el universo" de Elsa Punset), he seguido varios blogs y sitios de internet y el fin de semana pasado vi una película que me recomendaron y que es por donde voy a empezar este viaje, pues por lo que he visto, es una película que se proyecta en la mayoría de cursos de Coaching.

Esta película es "El guerrero pacífico" (versión original: Paceful warrior) y está basada en hechos reales. El film relata la historia de Dan Millman, gimnasta universitario con un sueño: conseguir el oro en unos Juegos Olímpicos. Aparentemente, todo está bien en su vida, sin embargo, encontrará a alguien (Sócrates como él lo llama) que le hará darse cuenta de lo realmente importante en la vida, de en qué consiste la verdadera felicidadLa película trata temas como el presente, la superación de uno mismo contra las adversidades, el interior de las personas, el sentido de la vida, las pasiones...


Dejo algunas de las reflexiones que se pueden sacar de la película:


¿Dónde estás? Aquí. ¿Qué hora es? Ahora. ¿Quién eres? Este momento.


Puede que aún estés dormido, se puede vivir toda una vida sin despertarse.

Todo el mundo te dice lo que es mejor para ti, no quieren que busques respuestas sino que creas en las suyas.

A la gente le da miedo su interior. Es el único lugar en el que encontrarán lo que necesitan.

Sacar todo lo que no necesitas de tu cabeza, es decir la basura. La basura es cualquier cosa que te distraiga de lo único que realmente importa: este momento, aquí, ahora.

Cuando logres vivir el presente, te sorprenderá todo lo que puedes hacer y lo bien que lo haces.

Te llamo tonto cuando actúas como tal, cuando dejas que tus emociones te controlen.

-¿Qué haces cuando pierdes todo lo que da sentido a tu vida? +Todo en la vida tiene un propósito, incluso esto. Y depende de ti descubrirlo.

La gente a quien cuesta más querer es quien más necesita el amor.

Cada momento es único. No hay instantes vacíos.

El hábito es el problema. Sé consciente y responsable de tus actos.

La muerte no es triste, lo que es triste es que la gente no sepa vivir.

Un guerrero no se rinde ante lo que le apasiona, encuentra el amor en lo que hace. Ser guerrero no es ser perfecto o salir victorioso o ser invulnerable. El guerrero es totalmente frágil, es su único coraje.

El accidente es tu entrenamiento, la vida es elegir. Puedes elegir ser una víctima o cualquier otra cosa que te propongas.

Tres reglas: Paradoja (la vida es un misterio, no pierdas el tiempo entendiéndola), humor (no pierdas su sentido), cambio (no hay nada que perdure).

La felicidad se encuentra en el camino, no en el destino.

viernes, 26 de abril de 2013

Nuevo rumbo

Quiero dar un giro a este blog. VOY a dar un giro a este blog. (El porqué del "VOY" es porque siempre nos limitamos a decir las frases con quiero, o me gustaría, o algún día... pues ¡HAZLO! ¡AHORA! ¿A qué esperas?)

"Tu problema es que crees que tienes tiempo" 
Buda

Ha llegado el día en mi vida en que por fin he comprendido que lo único que poseo es el presente, y en cuanto he escrito una palabra nueva, ya se ha esfumado. Es decir, tenemos poco y tanto a la vez. Es un instante efímero, pero que sin embargo, de instantes efímero he ido construyendo lo que ahora es mi pasado, un pasado que casi son ya 20 años de historia. No tengo el instante siguiente, el futuro, pues es una incertidumbre, no puedo asegurar que tenga el placer de vivirlo. Lo único seguro es que AHORA sí puedo disfrutar, puedo elegir entre ser feliz o no, puedo elegir entre hacer cosas que me apasionen o perder el tiempo en cosas que no merecen, en cosas superficiales de la vida.

Considero todo esto pensamientos muy profundos a los cuales te ves abocado cuando atraviesas situaciones complicadas o cuando la vida te ha brindado de una cierta madurez por algún motivo en especial.

Llevo ya unos años reflexionando en mis momentos libres sobre cómo llevar una mejor vida, cómo sacar todo mi potencial porque creo que han cambiado algunas cosas en mi vida y que ya no soy la misma. Pero también me he dado cuenta que no son "las cosas" las que tienen el poder de elegir si afectarte o no, sino que eres tú mismo quién tiene la elección de que esas cosas te afecten o no.

Todo aquél que me conoce sabe que me gustan mucho los temas de psicología, y ahora me he dado cuenta de que me interesa mucho el mundo de las emociones y como dominarlas, sobre todo para buscar el beneficio propio y poder vivir en paz con uno mismo.

El mundo del coaching y de la inteligencia emocional pueden parecer muy extensos pero se basan en una serie de ideas, algunas tan elementales que casi nos resulta extraño no haber caído antes en la cuenta.

Y bien, ¿qué pretendo con todo este rollo que acabo de meter? Pues decir que ahora ya sé hacia donde quiero enfocar este blog: A conocer un poco más todo este mundo y a profundizar en ello.

Cuando empecé a escribir entradas no lo tenía claro y aunque unas cuantas han ido relacionadas con este tema, otras han sido más personales. Eso no quiere decir que algún día me apetezca salir de la rutina y publicar algo que no tenga mucho que ver, pero por lo general eso es de lo que quiero y VOY a hablar en el blog.

¡Bienvenidos de nuevo a esta aventura! :)

domingo, 7 de abril de 2013

Rincón-pasión

Quiero volver, quiero volver con todas mis fuerzas.

Ha sido prohibirme el judo y querer con locura volver a pisar un tatami. Ya lo dicen: "Prohibir algo es despertar el deseo" (Michel Eyquem de Montaigne). 

Pero... ¿por qué? Quizás es porque no nos gusta tener barreras, no nos gusta que nos digan "Tú no puedes hacer esto", es como un reto y te obsesiona querer poder conseguirlo para demostrar que tú lo vales.

Ya tenía ganas de volverme a poner el kimono, y ahora tras la "prohibición" se han triplicado. Aunque soy consciente que no es lo mejor para mí, quiero llegar a ser capaz de encontrar el justo equilibrio entre poder saciar la sed de judo y que ello no sea perjudicial para mí. Aunque sé que cuando empiezo no puedo parar porque ya lo decía Montesquieu que "El deporte gusta porque halaga la avaricia, es decir, la esperanza de poseer más".

Pero de mientras, tengo unas cuantas asignaturas y títulos que aprobar, así que debo dejar aparcado el tatami, igual que llevaba haciendo antes del veredicto de mi médico.

Aunque no os creáis que soy de aquellas que antepone todo a sus pasiones. No es así. Es cierto que fue una decisión dura dejar aparcado el arte marcial que tanto me ha dado y enseñado, pero lo hice de manera consciente y no obligada. A veces uno debe tomar decisiones difíciles o que no le acaban de gustar y convencer, pero todo es por un fin. A mí me gustan una larga lista de cosas, me encantaría poder hacerlas todas pero mi día tiene 24h como el resto de mortales, así que hay que priorizar ese tiempo y centrarte en lo que más te interese (y ello no implica eliminar todo lo que te gusta por tener más "de lo que la sociedad quiere", sí, hablo de la titulitis). Yo elegí cuales de mis hobbies quería potenciar como plan de futuro para mi vida y el judo era el que menos aportaba para el futuro que yo tengo planeado vivir.

O al menos eso creí en ese entonces, porque con el tiempo me he dado cuenta de que el judo va mucho más allá del concepto "entrenar" o "practicar un deporte". A parte de los ya conocidos y reconocidos por entidades como la UNESCO valores que posee el judo, hay más.

Es la actitud a enfrentarse a los problemas que te plantea la vida, a hacer todo lo posible por mantener el equilibrio en situaciones complicadas, a ser capaz de sacrificar algo como tu dieta por un objetivo claro: dar el peso en la competición, a observar y ver los puntos fuertes y flojos tanto de ti mismo como de tu rival y planificar una estrategia para paliar defectos y engrandecer virtudes, a afrontar de manera inteligente situaciones adversas y eludir peligros, es la constancia de tener que ir a entrenar para ir poco a poco mejorando con paciencia e ir perfeccionando y puliendo la técnica...

He tenido una temporada de altibajos. El judo nunca fue lo mío, en el sentido de que no fui nunca de las que destacaba por sus logros competitivos. Pero eso va como va. Mentiría si no dijese que no me habría gustado destacar, pues como en todo, aspiro a llegar a lo más alto pero soy consciente de que nunca le di al judo el protagonismo que merecía como para poder llegar alto, pues como he dicho anteriormente, centré mis prioridades en otras cosas, sin ello tener que significar entrenar con menos calidad.

Cuando se te da bien, la satisfacción que te devuelve es mayor porque obtienes más logros. Todo el mundo es estrella en un campo, y si no, es porque aún no lo ha encontrado, pues a todo el mundo se le da bien algo, porque cada uno tenemos nuestro "rincón-pasión" donde nos desenvolvemos con facilidad gracias a nuestras capacidades.

Yo tenía el mío, que evidentemente no era el judo. Y empezó a tambalearse. Y en ese "rincón-pasión" te sientes seguro porque todo va bien. Y cuando no es así, te empiezas a perder a ti mismo, baja tu autoestima, te sientes aturdido y te pones a buscar el amparo de otro "rincón-pasión" para que te de satisfacción y te haga sentir que vales para algo.

Yo me quedé sin "rincón-pasión" por un tiempo, de hecho, creo que aún a día de hoy sigue siendo un extraño para mí, ese sitio donde un día fui tan feliz. Y aunque parece que me haya ido por las ramas y ahora este texto no tenga ningún sentido, creo que el hecho de haber dejado aparcado el judo ha hecho que yo perdiese ese "rincón-pasión", precisamente por los valores que éste me daba y que temo haber "olvidado" al haber dejado olvidado también mi judogui en el fondo del armario.

Y aunque el haberme tomado un respiro hace también que vuelva con las pilas cargadas, por todo esto:
Quiero volver, quiero volver con todas mis fuerzas.

Aunque por otra parte estoy contenta (todo tiene un lado bueno), porque al no tener mi "rincón-pasión", he empezado a valorar otras cosas de la vida que pueden hacerte igual de feliz. "No et deixis arrossegar pels éxits aparents de la vida, triomfa interiorment", me dijeron una vez, el mejor consejo que me han dado hasta ahora y quizás el mejor que me puedan dar.