Nos dedicamos a compararnos, a analizar nuestros rasgos físicos a cada segundo que pasa. Anhelamos lo que las empresas de cosméticos, moda y similares dictan. Nos convertimos en intentos de un mismo patrón a veces antinatural y nada hermoso, pero nos convencemos de que eso es a lo que debemos llegar. A veces somos nosotros mismos nuestro peor enemigo. Aunque no son sólo nuestros pensamientos o actos los que dejan entrever a dónde queremos llegar, qué aspecto deseamos conseguir. También influye la opinión de los demás. Hablando del resto, estamos etiquetándolos y si nos oyen, crerán nuestras ideas. Por ejemplo, un niño que ha crecido y ha vivido toda su infancia con la etiqueta de "patoso" al final acaba creyendo que lo es realmente. Por eso hay que ser cautelosos a la hora de imponer ciertos adjetivos a las personas.
Quiero dejaros este anuncio de Dove, que refleja perfectamente lo que llegamos a taladrar a veces ciertas ideas y opiniones y las consecuencias que ello conlleva.
"La curva más hermosa de una mujer es su sonrisa" Bob Marley
"Para tener unos labios atrayentes, pronuncia palabras afectuosas.
Para tener una mirada cariñosa, busca el lado bueno de las personas.
Para estar delgada, comparte tu comida con el hambriento.
Para tener el pelo precioso, deja que un niño lo acaricie con sus dedos.
Recuerda, si alguna vez necesitas una mano, la encontrarás al final de tus brazos.
Cuando envejezcas descubrirás que tienes dos: una para ayudarte a ti misma y otra para ayudar a los demás. La belleza de una mujer aumenta con el paso del tiempo, no radica en la estética.
La belleza de una mujer es el reflejo de su alma."
La belleza de una mujer es el reflejo de su alma."
Audrey Hepburn
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