viernes, 26 de abril de 2013

Nuevo rumbo

Quiero dar un giro a este blog. VOY a dar un giro a este blog. (El porqué del "VOY" es porque siempre nos limitamos a decir las frases con quiero, o me gustaría, o algún día... pues ¡HAZLO! ¡AHORA! ¿A qué esperas?)

"Tu problema es que crees que tienes tiempo" 
Buda

Ha llegado el día en mi vida en que por fin he comprendido que lo único que poseo es el presente, y en cuanto he escrito una palabra nueva, ya se ha esfumado. Es decir, tenemos poco y tanto a la vez. Es un instante efímero, pero que sin embargo, de instantes efímero he ido construyendo lo que ahora es mi pasado, un pasado que casi son ya 20 años de historia. No tengo el instante siguiente, el futuro, pues es una incertidumbre, no puedo asegurar que tenga el placer de vivirlo. Lo único seguro es que AHORA sí puedo disfrutar, puedo elegir entre ser feliz o no, puedo elegir entre hacer cosas que me apasionen o perder el tiempo en cosas que no merecen, en cosas superficiales de la vida.

Considero todo esto pensamientos muy profundos a los cuales te ves abocado cuando atraviesas situaciones complicadas o cuando la vida te ha brindado de una cierta madurez por algún motivo en especial.

Llevo ya unos años reflexionando en mis momentos libres sobre cómo llevar una mejor vida, cómo sacar todo mi potencial porque creo que han cambiado algunas cosas en mi vida y que ya no soy la misma. Pero también me he dado cuenta que no son "las cosas" las que tienen el poder de elegir si afectarte o no, sino que eres tú mismo quién tiene la elección de que esas cosas te afecten o no.

Todo aquél que me conoce sabe que me gustan mucho los temas de psicología, y ahora me he dado cuenta de que me interesa mucho el mundo de las emociones y como dominarlas, sobre todo para buscar el beneficio propio y poder vivir en paz con uno mismo.

El mundo del coaching y de la inteligencia emocional pueden parecer muy extensos pero se basan en una serie de ideas, algunas tan elementales que casi nos resulta extraño no haber caído antes en la cuenta.

Y bien, ¿qué pretendo con todo este rollo que acabo de meter? Pues decir que ahora ya sé hacia donde quiero enfocar este blog: A conocer un poco más todo este mundo y a profundizar en ello.

Cuando empecé a escribir entradas no lo tenía claro y aunque unas cuantas han ido relacionadas con este tema, otras han sido más personales. Eso no quiere decir que algún día me apetezca salir de la rutina y publicar algo que no tenga mucho que ver, pero por lo general eso es de lo que quiero y VOY a hablar en el blog.

¡Bienvenidos de nuevo a esta aventura! :)

domingo, 7 de abril de 2013

Rincón-pasión

Quiero volver, quiero volver con todas mis fuerzas.

Ha sido prohibirme el judo y querer con locura volver a pisar un tatami. Ya lo dicen: "Prohibir algo es despertar el deseo" (Michel Eyquem de Montaigne). 

Pero... ¿por qué? Quizás es porque no nos gusta tener barreras, no nos gusta que nos digan "Tú no puedes hacer esto", es como un reto y te obsesiona querer poder conseguirlo para demostrar que tú lo vales.

Ya tenía ganas de volverme a poner el kimono, y ahora tras la "prohibición" se han triplicado. Aunque soy consciente que no es lo mejor para mí, quiero llegar a ser capaz de encontrar el justo equilibrio entre poder saciar la sed de judo y que ello no sea perjudicial para mí. Aunque sé que cuando empiezo no puedo parar porque ya lo decía Montesquieu que "El deporte gusta porque halaga la avaricia, es decir, la esperanza de poseer más".

Pero de mientras, tengo unas cuantas asignaturas y títulos que aprobar, así que debo dejar aparcado el tatami, igual que llevaba haciendo antes del veredicto de mi médico.

Aunque no os creáis que soy de aquellas que antepone todo a sus pasiones. No es así. Es cierto que fue una decisión dura dejar aparcado el arte marcial que tanto me ha dado y enseñado, pero lo hice de manera consciente y no obligada. A veces uno debe tomar decisiones difíciles o que no le acaban de gustar y convencer, pero todo es por un fin. A mí me gustan una larga lista de cosas, me encantaría poder hacerlas todas pero mi día tiene 24h como el resto de mortales, así que hay que priorizar ese tiempo y centrarte en lo que más te interese (y ello no implica eliminar todo lo que te gusta por tener más "de lo que la sociedad quiere", sí, hablo de la titulitis). Yo elegí cuales de mis hobbies quería potenciar como plan de futuro para mi vida y el judo era el que menos aportaba para el futuro que yo tengo planeado vivir.

O al menos eso creí en ese entonces, porque con el tiempo me he dado cuenta de que el judo va mucho más allá del concepto "entrenar" o "practicar un deporte". A parte de los ya conocidos y reconocidos por entidades como la UNESCO valores que posee el judo, hay más.

Es la actitud a enfrentarse a los problemas que te plantea la vida, a hacer todo lo posible por mantener el equilibrio en situaciones complicadas, a ser capaz de sacrificar algo como tu dieta por un objetivo claro: dar el peso en la competición, a observar y ver los puntos fuertes y flojos tanto de ti mismo como de tu rival y planificar una estrategia para paliar defectos y engrandecer virtudes, a afrontar de manera inteligente situaciones adversas y eludir peligros, es la constancia de tener que ir a entrenar para ir poco a poco mejorando con paciencia e ir perfeccionando y puliendo la técnica...

He tenido una temporada de altibajos. El judo nunca fue lo mío, en el sentido de que no fui nunca de las que destacaba por sus logros competitivos. Pero eso va como va. Mentiría si no dijese que no me habría gustado destacar, pues como en todo, aspiro a llegar a lo más alto pero soy consciente de que nunca le di al judo el protagonismo que merecía como para poder llegar alto, pues como he dicho anteriormente, centré mis prioridades en otras cosas, sin ello tener que significar entrenar con menos calidad.

Cuando se te da bien, la satisfacción que te devuelve es mayor porque obtienes más logros. Todo el mundo es estrella en un campo, y si no, es porque aún no lo ha encontrado, pues a todo el mundo se le da bien algo, porque cada uno tenemos nuestro "rincón-pasión" donde nos desenvolvemos con facilidad gracias a nuestras capacidades.

Yo tenía el mío, que evidentemente no era el judo. Y empezó a tambalearse. Y en ese "rincón-pasión" te sientes seguro porque todo va bien. Y cuando no es así, te empiezas a perder a ti mismo, baja tu autoestima, te sientes aturdido y te pones a buscar el amparo de otro "rincón-pasión" para que te de satisfacción y te haga sentir que vales para algo.

Yo me quedé sin "rincón-pasión" por un tiempo, de hecho, creo que aún a día de hoy sigue siendo un extraño para mí, ese sitio donde un día fui tan feliz. Y aunque parece que me haya ido por las ramas y ahora este texto no tenga ningún sentido, creo que el hecho de haber dejado aparcado el judo ha hecho que yo perdiese ese "rincón-pasión", precisamente por los valores que éste me daba y que temo haber "olvidado" al haber dejado olvidado también mi judogui en el fondo del armario.

Y aunque el haberme tomado un respiro hace también que vuelva con las pilas cargadas, por todo esto:
Quiero volver, quiero volver con todas mis fuerzas.

Aunque por otra parte estoy contenta (todo tiene un lado bueno), porque al no tener mi "rincón-pasión", he empezado a valorar otras cosas de la vida que pueden hacerte igual de feliz. "No et deixis arrossegar pels éxits aparents de la vida, triomfa interiorment", me dijeron una vez, el mejor consejo que me han dado hasta ahora y quizás el mejor que me puedan dar.